ORREAGA - RONCESVALLES

 

La histórica derrota de Carlomagno y el Camino de Santiago hicieron memorable a Roncesvalles, cobijo de caminantes y peregrinos, foco de leyendas y encuentro de culturas. Los sólidos muros de la colegiata, construida al abrigo del puerto de Ibañeta, te protegerán del hostil invierno y te trasladarán a un mundo de batallas y mitos.

Lugar de paso donde se concentra historia y leyenda, Orreaga/Roncesvalles es un bello paraje forestal ubicado en el Pirineo navarro y que es el punto mayoritariamente elegido por los peregrinos para iniciar el Camino de Santiago en España.

El conjunto monumental de la Colegiata de Orreaga/Roncesvalles, antiguo hospital de peregrinos y tumba del rey Sancho VII el Fuerte, es un excelente ejemplo de arquitectura medieval, un espacio mítico.

A los pies del puerto de Ibañeta, donde el Pirineo Occidental comienza a elevar sus cimas y cerca de la amplia llanura de Auritz/Burguete, se sitúa Orreaga/Roncesvalles, paso natural del Pirineo donde tuvo lugar la Batalla de Roncesvalles (778), una de las más dolorosas derrotas del ejército franco en la que Carlomagno lloró la muerte de Roldán, el mejor caballero de Francia.

En un paisaje circundado por hayedos, abetales y robledales, se alza majestuosa la Colegiata de Santa María de Orreaga/Roncesvalles, antiguo hospital de peregrinos y uno de los puntos más conocidos de la peregrinación compostelana. Aquí se celebra diariamente la misa de los peregrinos, de lunes a viernes a las 20:00, y los sábados y domingos a las 19:00 horas.

 

HOSPITALIDAD Y HOSPITALES EN EL CAMINO DE SANTIAGO

Dicen que el hospital de Orreaga-Roncesvalles fue, junto con el Real de Burgos, uno de los más importantes y de mejor fama de todo el camino. Su prestigio fue resultado de la excelencia de sus instalaciones, en particular la gran chimenea, la atención sanitaria y la calidad y cantidad de la comida.

La estancia máxima permitida era de cinco días en invierno y tres en verano.

En el S.XVII, en pleno proceso de recesión del camino se repartían cincuenta comidas diarias, sin contar las de los pobres.

El camino de Santiago, configuró en torno a sí una de las, más importantes redes de asistencia hospitalaria organizada de la ant1guedad. Pero pese a contar con este servicio coordinado, independiente y gratuito y a que la acogida popular a lo largo del camino era bastante buena, en el camino moría bastante gente.

Muchos peregrinos perecían en el puerto de lbañeta por las ventiscas de nieve y la acometida de los lobos.

Además existían bandidos al acecho de las bolsas de los peregrinos. Cuentan en Auritz-Burguete, que en los campos próximos a la ruta, los bandidos esperaban a los peregrinos para colgárseles del cuello por la espalda. Aquellos, que no iban sobrados de fuerzas, sucumbían fácilmente ante tal persuasión.

 

Fuentes: